sábado, 13 de marzo de 2010

Semana blanca y negra

La semana que estamos a punto de acabar ha podido ser una de las más negras de la historia del Real Madrid. Aunque a nivel institucional todos los acontecimientos de la Asamblea, Calderón y sus cacicadas y alguna que otra mafioseada más han provocado la vergüenza de sus aficionados, a nivel deportivo lo sucedido el miércoles y el jueves es dramático.

Desde algún que otro sitio se apeló erróneamente al espíritu de Juanito para pedir una remontada histórica. Levantar un 1-0 ante el Olympique de Lyon ni hubiese sido histórico, ni mítico, ni se necesitaba a 'Juanito' para hacerlo. Era lo mínimo exigible a un equipo de 250 millones de presupuesto ante un conjunto que fue muy organizado pero poquito más.

El análisis futbolístico se lo dejo a otros que saben bastante más que yo de esto. Mi sensación general es que al Madrid le faltó mucha actitud para remontar. Por momentos parecía que la opción de ganar 'la Décima' en el Bernabéu no era suficiente motivación para apretar más a un Olympique que lo hizo casi todo perfecto.

La afición ha pasado de disfrutar del liderato tras una remontada épica ante el Sevilla y estar con la ilusión por las nubes, a imaginarse al eterno rival levantando 'su' Champions en su estadio. Ha pasado de lo blanco a lo negro.

Si lo sucedido en el Bernabéu no fuera suficiente, el jueves Vistalgre presenció otro palo que pasará a la historia. El Real Madrid de Messina tenía que ganar al Maccabi para evitar al todopoderoso Barcelona en cuartos y meterse en una Final Four más de una década después.

Con todo a favor, incluso nueve puntos de ventaja al comienzo del último cuarto, la tragedia volvió a ocurrir. Un final de partido muy mal jugado por el Real Madrid dio opciones a los de Tel Aviv que tienen una autopista hacia París con peaje frente al Partizan. Mientras tanto la carretera regional es para Messina y sus chicos: enfrentarse al todopoderoso Barça sin factor cancha. Un reto casi imposible, excepto para el Madrid, pese a sus mutaciones genéticas.
Hoy en Valencia el capitán, Felipe Reyes, ha demostrado que el instinto ganador sigue ahí.

Ahora sí que hace falta sacar al espíritu de Juanito para que la sección de baloncesto tenga tres noches épicas ante el Barcelona y consiga meterse en la Final Four de París. Parece que el único que cree en la clasificación es Messina.

1 comentario:

Louis dijo...

Buen repaso, Daniel. No dejes de ladrar.