viernes, 28 de noviembre de 2008

Hacer historia cuesta pasar frío



El pasado jueves pude presenciar algo histórico. El partido de Champions entre el Atlético de Madrid y el PSV se jugó a puerta cerrada ante la atenta mirada de no más de 400 personas. El Calderón, completamente vacío, era testigo del pase a octavos del Atleti. Como experiencia fue algo digno para contar y recordar durante toda la vida. Algunos periodistas se hacían fotos para rememorar dentro de unos años como ellos estuvieron allí, a puerta vacía y pasando frío. En un partido donde cada detalle se escuchaba, los jugadores se llamaban, gritaban los desmarques y se animaban. Desde los banquillos ambos técnicos no paraban de dar órdenes, por una vez no tendrían que gritar más de lo habitual para hacerse oír. Los privilegiados que estábamos dentro podíamos escuchar a los mil aficionados que no pararon de animar pese a los 0º de temperatura. Sin ni siquiera verlo, tan sólo con una radio y dejándose la voz, la afición del Atlético volvió a demostrar que está muy por encima de un equipo que no termina de rematar. Con actos como el del pasado Miércoles Platini debería pensar si realmente un partido a puerta cerrada sirve para algo. Parece ser que no. La prueba: el mecherazo a Gerrard por parte de los pacíficos aficionados del Marsella...

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